7:35 de la mañana.
Anoche no dormí hasta entrada la madrugada
Y tengo por delante diez horas de oficina
¿Entonces qué demonios provoca esta sonrisa
a las 7:35 de la mañana? ¿Será el café? ¿será la tostada?
¿Será la mantequilla o será la mermelada?
¿El periódico quizás? Quizás sea el crucigrama
El susurro de la radio, el chinchín de las cucharas Serán esos clientes buscando el calor
de alguna taza caliente, de alguna conversación
Mientras la luna y las estrellas
Las farolas, pobres de ellas
Dan paso a regañadientes a la luz del sol O quizás sea esa chica
que entra y sin demora
Pide un café doble y una ensaimada
y se lo toma en silencio en esa mesa apartada
Siempre con prisa y sola
Siempre a la misma hora A las 7:35 de la mañana
A las 7:35 de la mañana
como va la cosa creo que voy a tener que usar el mismo truco.