miércoles, enero 30, 2008
Luis
Hay tantas cosas de mí que no entiendo, que a veces parezco más loco que cuerdo. Pero, ¿qué es la locura? ¿Un intento de escapar de sensaciones que no entendemos? ¿Un mundo que nosotros mismos hemos creado? No lo sé y me crea cierta ansiedad el llegar un día a saberlo, no vayan a encerrarme un día en el manicomio de los sentimientos, donde nadie entienda lo que me bulle por dentro y a quien pretenda explicarlo me trate como un fugaz loco del que llegado un momento poder deshacerse.
Quizá deba a empezar a alejarme de muchos de mis mundos y conformar un mundano mundo donde dar rienda suelta a mi locura, a un mundo mío propio, en el que sólo deje entrar a ciertos elegidos que puedan contarse con menos dedos de los que tiene una sola mano.
Ahora mismo me siento perdido, descolocado, con ganas de volver a huir cobardemente. No sé porqué o quizá muy dentro de mí sí que lo sé.
Es duro ver que algo ha cambiado para que precisamente nada cambie.
Puede ser que el fondo de mi corazón sí que ansíe ser encerrado en un manicomio sentimental compartido con esa media naranja que todos buscamos, para que así todo lo demás me dé un poquito igual. 
miércoles, enero 30, 2008
Luis
2:43 AM
¿Había hecho tanto calor otros veranos? No nos queda más remedio que apagar las luces, abrir las ventanas a media noche y esperar a que nos entre el sueño por arte de magia. Lo bueno de padecer insomnio, es que me he dado cuenta de que mi mente está mucho más despierta a las 2:43 de la mañana que a las nueve, lo que voy a utilizar para escribir, estudiar, leer...Todo menos hacer ejercicio porque si no va a ser imposible conciliar el sueño y la vida social debe hacerse por el día, así que no puedo permitirme "crapulear" durante demasiado tiempo más...Lo que más me gusta hacer por la noche, si quiero intentar dormir, es imaginarme cosas imposibles; ultimamente me ha dado por relajarme pensando que tengo poder para parar el tiempo,. Pues sí, paro el tiempo continuamente con mis dedos, salgo a hacer lo que me apetece según el día, entro en casa de quien me apetece entrar para ver qué es lo que está haciendo en un momento preciso tal o cual persona...Es un poco siniestro, no?, eso de ir a visitar a quien quieras en medio de la noche y entrar en su cama para besarla sin que se de cuenta.... tengo insomnio y tengo mi blog.
miércoles, enero 30, 2008
Luis
¿Sabes cuando todo está ordenado y concuerda, pero en tu mente no hay ni un pensamiento que rime? Sí lo sabes. Y si lo sabes ya no tengo que extenderme demasiado. Pero ambos sabemos, EVA, que no leerás esto. Yo lo sé porque te escribo tantas cartas interminables que jamás te envío… Y tú eres consciente de que en cada cajón guardo algo que te pertenece y no tienes, y ni lo buscas, quizás por temor a encontrarte con mis poemas sin ritmo, o con demasiados sentimientos en tan poco papel. A veces el ritmo no importa. Lo sabes mejor que yo, que no lo conozco
Sabes cuando todo es tan hermoso que el corazón se hincha y crees que va a estallar, pero no tienes un muro en el que escupir tus sentimientos? Sí lo sabes, y probablemente conozcas cada uno de estos instantes que me hacen polvo también porque, precisamente, es lo que te ocurre a ti en ocasiones. En ocasiones uno alcanza la mano del otro para dar con el equilibrio, para no caer cuando se está en la cima emocional que no es cima sino el segundo del segundo de un segundo, o sea, prácticamente nada. En fin, que tampoco importa demasiado ser luchador para luego ser vencido. Tal vez la esencia del desencajamiento sea, no decir mucho intentando decirlo todo, sino aprender a tomar aire y soltarlo después, con muros o sin ellos. Es que pienso en Ahora, y si alguien llama sin tu voz tengo más razones para aferrarme a ti, inconscientemente.
Hay un círculo, tal vez en cada cajón sin contraseña de acceso, que jamás comprenderás del todo, por no preguntar, por simplemente querer intuirlo. Y ahí está lo hermoso, en que sí lo sabes y probablemente lo sepas porque yo no sé, supongo, o sí lo sé (claro que lo sé) que tus cajones guardan lo mismo que los míos.
